ES UN MONSTRUO GRANDE Y PISA FUERTE

Las razones de la compra de Monsanto por parte de la multinacional química Bayer excede la capacidad de análisis de los profanos, sus razones se pierden en el intrincado laberinto de los intereses corporativos de los grandes conglomerados económicos internacionales que van tomando el control de la economía global.

ES UN MONSTRUO GRANDE Y PISA FUERTE

 BAYER

De cualquier modo, en principio, se pueden visualizar dos motivos que la han provocado: en primer lugar el inevitable fenómeno de concentración de la riqueza inherente al modo de producción industrial que lleva al grande a comerse al chico hasta que en una derivada tan absurda como previsible solo quedaría una empresa dueña de todo en el planeta.

Pero no menos importante en la decisión de esta fusión es la conclusión a la que han arribado las principales instituciones de control de salud y alimentos europeos: la EFSA -Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos- y la ECHA -Agencia Europea de Productos Químicos- organismos que han asumido es formalmente las recomendaciones del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CICR en francés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) que clasificaron al glifosato como «cancerígeno probable» en 2015.

Las conclusiones de la OMS –Organización Mundial de la Salud- recientemente dadas a conocer son más que alarmantes: “Hay pruebas convincentes de que el glifosato puede causar cáncer en animales de laboratorio y hay pruebas de carcinogenicidad en humanos (linfoma no Hodgkin). También causa daño en el ADN y en los cromosomas de las células humanas”.

Como si estas evidencias no alcanzasen desde el pasado 7 de julio, el estado de California incluyó en la lista de sustancias cancerígenas al glifosato, principal ingrediente del herbicida Roundup de Monsanto. En un año deberá ser etiquetado en esa entidad como agente que puede causar cáncer.    La empresa, dando muestras de un fenomenal cinismo apeló de la decisión, alegando que afecta sus intereses comerciales, como si la salud humana fuera un dato menor.

Cada vez más, por el esforzado trabajo de cientos de investigadores, entre los que se cuentan destacadísimos científicos de nuestro país, se visualizan las implicancias del modo de producción industrial, que las compañías químicas han instalado, por un número creciente de personas en todo el planeta.

 Es evidente que la denominación Monsanto está cada vez más golpeada en su imagen corporativa por eso ahora quieren esconder sus venenos debajo de la enagua de la marca Bayer, a pesar que el prestigio de lo alemán forjado a la luz de los desarrollos de ingeniería y tecnología de ese país se cae en picada por el escándalo de la falsificación de software de todas sus automotrices, léase Volkswagen, BMW, Mercedes Benz y Porsche, para mentir una eficiencia que sus automóviles no tienen respecto de sus emisiones y engañar de ese modo a los consumidores.

De cualquier modo Bayer también comparte este rostro tenebroso dado que su crecimiento se ha basado en el desarrollo y puesta en el mercado de temibles substancias que han servido a intereses nefastos, como por ejemplo los gases que proveyó al régimen nazi para ser usado en el exterminio humano en sus campos de concentración.

Pero el dato es que ahora que se cruzan los intereses de Alemania y Monsanto con esta fusión, la agencia de noticias internacionales de ese país, REUTERS, comienza una campaña de defensa del glifosato, difundiendo presunta noticias, que en la jerga periodística se conocen como ‘pescado podrido’ afirmando que no se han dado a conocer otros estudios que dicen que el glifosato es inocuo.

La campaña iniciada por Reuters golpea la confiabilidad de esta agencia de noticias debajo de su línea de flotación al verse obligada a evidenciar que sus noticias están atravesadas por intereses corporativos, aunque seguramente hará daño desinformando desprevenidos.

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