EL FALLO CONTRA LOS FUMIGADORES DE SANTA ANITA

Quinto levanta

Tira de la manta…

Por Horacio ‘contramano‘ Claret

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Al cubrecama que abriga veinte años de pesadilla ayer se le empezó a aflojar una esquina.

Cuando la justicia entrerriana declara delincuentes a quienes envenenan el aire, el agua y la tierra; los pueblos, las escuelas y los gurises, sólo asoma la pata sucia del monstruo.

Éstos jueces pueden al fin asomar sus narices y respirar, porque también ellos se abrigaron todo este tiempo desamparando a los fumigados.

Este fallo asusta con la intemperie a productores, contratistas, agrónomos,, pilotos, tractoreros, porque hasta ahora creían tener tanta impunidad como dinero.

Resultábamos tan ridículos con nuestras pancartas de cartón frente a las pautas publicitarias.

Parecían plegarias penitentes nuestros reclamos frente a la prepotencia «científica» de los expertos de las universidades concubinas de las corporaciones.

Esta condena no es un producto industrial: es una artesanía.

Un pequeño crimen. una escuelita de nada, una maestra y unos pocos chicos, un pueblito insignificante como cientos, como miles.

Que viven en otro tiempo, lerdo, que ni detectan los gps ni los balances.

para que fuera hubieron de sumarse, como arenas, los quijotes de las luchas perdidas con la pedagogía de la indignacion de las víctimas.

y el tiempo lunar de médicos no comprados, de investigadores pobres que aportaron evidencias que apabullarían cualquier tribunal.

Incontrastable.

y un clima social que apenas amanece. Porque este fallo llega ahora también porque, mientras dormían, se acumularon las pilas de cadáveres y lisiados y nonatos impunes.

la frazada sigue cubriendo, sigue encubriendo, los obsenos movimientos de funcionarios y dirigentes, de empresarios y periodistas que disfrazan con folcloricas alusiones de alimentar al mundo la grandeza de la patria envenenada.

Como dice la felipe, con tanto desmonte no va a alcanzar la leña para la inquisición. Como dice francisco no van a alcanzar los relojes para tanta rapidación.

 Porque… ¿qué perpetuidad alcanzará para que paguen sus crímenes los grobo, los burchaire, los de ángeli?

Con cierta resistencia al glifosato igual llega este fallo en primavera como el miosotis que ilustra esta incitación a la borraja.

Miosotis quiere decir oreja de ratón, pero se la conoce como no me olvides y es símbolo del amor desesperado.

Pero también se la eligió entre miles para recordar  el genocidio armenio y al general perón cuando la resistencia.

Casi insignificante, floreció con tanta lluvia el día de la sentencia, quizá pa que «no me olvides» que también viene germinando la otra verdad ocultada por los protocolos de los sabios del agronegocio:

Que otra forma de producir está germinando, y es sana y eficiente y yá fugó de los patios y las chacras y crece en geometría rimando hectáreas: la agroecología.

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