LEY DE HUMEDALES EN EL CONGRESO NACIONAL. LA OBRA PÚBLICA MÁS POSTERGADA-

Más de un centenar de organizaciones ambientalistas; asambleas de distintos puntos del país, académicos y cátedras universitarias están realizando un pedido urgente para que la Cámara de Diputados de la Nación brinde inmediato tratamiento al proyecto de ley, que ya obtuvo media sanción de Senado en Noviembre del año pasado, sobre “Presupuestos Mínimos de Protección de Humedales”.

LEY DE HUMEDALES EN EL CONGRESO NACIONAL. LA OBRA PÚBLICA MÁS POSTERGADA-

humedal

Colaboración de María M. Fernandez Benetti

El 23 % de nuestro territorio está cubierto por humedales. Resulta imprescindible comprender qué es un “humedal” y por qué es tan importante su protección y la regulación de los usos sobre estos sistemas por parte del Congreso de La Nación sin que dependan de los vaivenes de las distintas administraciones políticas.

Los humedales son tierras pantanosas donde la presencia de agua es variable, sirven como filtro para el agua potable y albergan la mayor diversidad biológica además de constituir el hábitat y fuente de alimentos y materias primas de las comunidades que los rodean.

Estos ecosistemas son vitales para la vida humana; ya que constituyen una de las principales fuentes de agua dulce para consumo humano y  animal; y son la vía de recarga para las aguas subterráneas que se almacenan en acuíferos.

Las funciones ecológicas que cumplen no se pueden reemplazar artificialmente, su vegetación y composición los convierten en el hábitat y fuente de alimentos de múltiples especies de flora y fauna que, de otro modo, no podrían vivir. Además, debido a que absorben carbono, funcionan como amortiguadores del cambio climático, un factor de presión social y económica cada vez más agudo a nivel mundial. Son esponjas de enorme eficiencia natural pues retienen las crecidas y, al contrario, se convierten en proveedores de agua en tiempos de sequía y se los suele denominar los “riñones” de la Tierra al ser los principales depuradores de agua.

 

Preservar nuestros humedales es una necesidad elemental para un desarrollo productivo virtuoso de las economías regionales, especialmente en el caso de Entre Ríos donde abarcan unos 17 mil kilómetros cuadrados. En E.E.U.U, tras haber arrasado con sus humedales hoy deben invertir cifras  millonarias para intentar recuperar sus funciones ecológicas tras los costosos fracasos de todas las obras artificiales para frenar el agua ( específicamente la situación de Nueva Orleans).

 

Los humedales se encuentran en franco deterioro; principalmente por el cambio en el uso del suelo. Los intereses económicos sectoriales que atraviesan el debate de esta ley protectora frenan su aprobación; tales como los desarrollos inmobiliarios de barrios excluyentes en las márgenes de ríos y otros cursos de agua; como es el emprendimiento Amarras en Pueblo Belgrano y los “countries” asentados en la cuenca del Río Lujan que han provocado terribles inundaciones a la población en general; también intentan bloquear cualquier regulación los sectores forestales que realizan monocultivo en desmedro de las especies nativas y secan agresivamente los humedales; y el avance descontrolado de la frontera agrícola para cultivos como el arroz sobre humedales con uso intensivo de agrotóxicos que contaminan pueblos y napas; sin olvidar a la ganadería intensiva que pretende endicar las tierras que deben permanecer con un uso flexibles. Se trata de modalidades agresivas de uso de la tierra que implican rellenar; terraplenar, endicar cursos de agua y exponer nuestro recurso y bien elemental AGUA a una lluvia de venenos en cada campaña.

 

La propuesta de Ley que fue aprobada por los Senadores es una ley denominada de “presupuestos mínimos” ambientales, tal como fueron la Ley de Bosques Nativos y la Ley de Glaciares. Son leyes que promueven una política pública uniforme en todo el territorio Nacional para lograr una base de protección ambiental mínima obligatoria para todas las provincias; es el piso de protección, como lo establece el Art 41 de Nuestra Constitución Nacional.

La comunidades afectadas saben que ya no alcanza con obras multimillonarios para paliar situaciones de urgencia sino que demandan medidas de fondo; la ley es sólo el primer eslabón, un marco básico, que debe ser acompañado por una fuerte política pública para ordenar el territorio priorizando la preservación de la biodiversidad y el acceso a agua dulce para nosotros y para los que vendrán.

El retroceso y degradación de los humedales; sumadas al desmonte brutal realizado en Argentina y en países limítrofes, son la verdadera fuente de las terribles crecidas e inundaciones que venimos sufriendo. No existe la casualidad.

 

Actualmente, el proyecto se encuentra en la comisión de Intereses Marítimos, que preside el diputado Entrerriano Julio Solanas; luego deberá pasar por las Comisiones de Recursos Naturales; Agricultura y Presupuesto para lograr ser aprobada en el recinto.

Los entrerrianos vivimos sobre un gran humedal; por lo que apelamos a que sean nuestros legisladores quienes motoricen el tratamiento y sanción sin dilación ni modificaciones de una herramienta jurídica urgente e imprescindible para nuestros nietos.

 

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