FEDERACIÓN AGRARIA ARGENTINA: «Ora sono il patrono»

En una vieja y maravillosa película del neorrealismo italiano de hace más de medio siglo una escena explica mejor que mil palabras lo que queremos describir: Un galpón de una empresa de transporte lleno de camiones paralizados por una huelga, los obreros bloqueando la  salida y en la oficina el dueño desesperado por cumplir una entrega que tiene comprometida.  De repente se ilumina, llama a uno de los choferes, Giuseppe, y le dice que si hace el reparto le regala el camión en que lo lleve.  El elegido monta el camión y ante el desconcierto de sus compañeros intenta salir por la puerta, los huelguistas comienzan a increparlo sin entender y le reclaman a viva voz su conducta, entonces Giuseppe baja la ventanilla y con un gesto entre altanero y triunfal grita a toda voz:…” Ora sono il patrono”.

LA ENTREGA DE LAS BANDERAS DE LA FEDERACIÓN AGRARIA

Guillermo L.

Entrando en tema:

El 25 de junio de 1912, un grupo de colonos, y arrendatarios, mayoritariamente italianos, se reunieron en la localidad de Alcorta, Santa Fe, en una multitudinaria asamblea para protestar por las condiciones leoninas y confiscatorias a la que eran sometidos por los dueños de las tierras que trabajaban, organizados en lo que a nivel nacional se conocía como la Sociedad Rural Argentina.

El referente convocante de ese mitin fue un brillantísimo abogado, Francisco Netri,  italiano nacionalizado argentino, cuyos familiares y paisanos, la mayoría trabajadores de la tierra, eran víctimas de los abusos de esa clase social a la que posteriormente algunos  llamaron la oligarquía agricolo-ganadera, quién tomó la defensa de sus compatriotas,  conmovido por los cientos de telegramas que llegaban a su estudio, denunciando los atropellos cometidos por los terratenientes en toda la Pampa Húmeda, recientemente afectada a la agricultura, gracias a las artes agrícolas que habían traído de la vieja Europa los inmigrantes.

Apenas cinco años después, el 5 de octubre de 1916, al salir de su casa, el doctor Francisco Netri fue asesinado por Carlos Ocampo, un mercenario que habría sido contratado por los terratenientes para eliminarlo por haber sido el inspirador de esa combativa organización gremial que había surgido a partir de aquella jornada de 1912  la que se había conocido como El grito de Alcorta, la Federación Agraria Argentina.

Desde entonces la FAA pasó a ser el bastión para la defensa de los derechos de los pequeños productores agrícolas de todo el país, y no solo sus derechos como agricultores sino también sus derechos como ciudadanos, los más viejitos recordamos la presencia del último gran dirigente que tuvo esta organización, Dn. Humberto Volando, en las jornadas de recuperación de la democracia que permitieron expulsar a la dictadura militar que asoló el país a partir de 1976.

Pero en este país sin memoria, que se devora sus propias entrañas impiadosamente, donde la ignorancia y falta de valores de su dirigencia abochorna a propios y extraños, donde las cosas dejan de ser lo que eran y la ignorancia y desmemoria de sus hijos los hace repetir una y otra vez los mismos errores  para escarnio de su pueblo y beneficio de quienes saquean impunemente sus tesoros, quienes hoy han tomado las banderas de aquella gloriosa gremial de los pequeños agricultores, la Federación Agraria como vulgarmente se la conoce, han perdido el norte de sus reclamos y hoy olvidando y mancillando el ejemplo de los Netri, los Piacenza y los Volando, se han convertido en fantoches mediocres, humillantes ‘comparsas’ de aquellos intereses que sometieron a sus abuelos.

Quizás la imagen más emblemática de lo que aquí afirmamos sea la de un dirigente de la FAA, Alfredo Deangeli,  cuando en 2014 dio un improvisado discurso, edulcorado y obsecuente, en la tribuna de la Sociedad Rural Argentina en ocasión de la exposición rural de ese año. La misma tribuna de terratenientes golpistas que había ovacionado al dictador Jorge Rafael Videla y abucheado groseramente a Dn. Raúl Alfonsín ahora ovacionaba a Deangeli porque había ido a reconocer públicamente que venía a entregar las banderas de las luchas de los pequeños productores, humillando la memoria y el sacrificio de sus luchas, a cambio de un lugar, que hoy disfruta, en el banquete de los que “pastan en los alfalfares” del presupuesto nacional.

Hoy el espectáculo de la dirigencia de la Federación actual es patético, ya no solo han entregado todas las banderas de los pequeños productores sino que se encolumnan detrás de los dirigentes de la Sociedad Rural Argentina para defender el modelo de agricultura industrial  propuesto por las multinacionales químicas que están saqueando la fertilidad de nuestros suelos, las arcas de nuestra economía y la moral de los hijos de aquellos heroicos luchadores que supieron defender hasta con su vida este patrimonio.

Desde estas páginas les decimos a esos jóvenes dirigentes que hoy se auto exhiben como la dirigencia actual de la Federación Agraria, como segundones y comparsas de los herederos de aquellos que asesinaron a Netri (y hoy se manejan en nuestra cotidianeidad con matones a sueldo para castigar a los que no se subordinen a sus mandatos) que tengan memoria, que los libros no muerden, que lean la historia de la entidad que usurpan y recuperen la dignidad legada por sus mayores para beneficio de las generaciones que nos sucedan.

 

 

 

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