COMPLICADO PANORAMA AMBIENTAL PARA ENTRE RÍOS (2ª. PARTE)

COMPLICADO PANORAMA AMBIENTAL PARA ENTRE RÍOS (2ª. PARTE)

 

Guillermo Luís Luciano

 

En la sociedad actual pugnan claramente dos paradigmas productivos antagónicos e irreconciliables.

Por un lado el establecido por la Revolución Industrial, que desde hace dos siglos convoca a apropiarse de la naturaleza, a doblegarla y someterla, abusando hasta lo irracional de sus elementos, considerados “recursos productivos”, a costa del agotamiento y envenenamiento de todas las cosas que hacen posible la vida.                   En beneficio de grupos de intereses que deambulan por el planeta global, inventariando stock para ponerle precio y transformarlos en ganancias acumulables en sus cuentas bancarias.

Por el otro, una mayoría de seres humanos perplejos ante el dantesco espectáculo de la desaparición de las especies, el envenenamiento de los suelos y los acuíferos y el “patentamiento” de la vida, en un rapto de soberbia sin parangón en la historia de la humanidad.          Que reclamamos formas de obtener los elementos necesarios para la vida, respetuosos con la naturaleza y heredables a quienes nos sucedan.

Nuestra región ha despertado rápidamente a esta realidad y las bendiciones recibidas por la naturaleza, han sido rápidamente rebautizadas como “oportunidades de negocios” e incorporadas al festival consumista.

El definitivo rumbo en lo ambiental para Entre Ríos, quedó más que claro a partir del mensaje del Secretario de Ambiente Sustentable de la Provincia, en ocasión de asumir el nuevo período de su gestión.

Cuatro años atrás inició su primer período convocando a la Sociedad Civil y a las organizaciones sociales, a participar de lo que él llamó las Mesas Ambientales, en estos ámbitos, que a poco de andar dejó de convocar, planteaba una serie de compromisos que ilusionaban en un replanteo del modelo productivo provincial, compromisos a los que nunca hizo honor.

Ahora, en esta reasunción de funciones, ha planteado claramente que seguiremos avanzando hacia el precipicio cada vez a mayor velocidad.

Algo había anticipado días atrás cuando, contrariando lo convenido con la Asociación Salvemos al Río Gualeguay, estableció dos puntos de monitoreo para dicho curso de agua, deliberadamente lejanos de los puntos de contaminación que lo afectan, declarando con su gesto que a partir de ahora tendremos un “vale todo” ambiental.

“Ese es el salto cualitativo que tenemos que dar junto al sector industrial y productivo de Entre Ríos”.  A buen entendedor, pocas palabras.

Esta vez el Secretario eligió para sus anuncios la 3º Jornada de Medioambiente e Industria, organizada por el Departamento de Medioambiente de la Unión Industrial de Entre Ríos, en un mas que claro gesto que habla desde donde gestionará.               Por supuesto que la Industria provincial, merece atención y políticas públicas, en tanto y en cuanto es generadora de puestos de trabajo y riqueza, pero al utilizar esta tribuna, el fiel de la balanza se cae hacia el más peligroso de los lados y no se ubica equidistante de quienes debe controlar en beneficio de los habitantes de la provincia, que esta vez no fueron convocados a ninguna “Mesa Ambiental”.

Raffo subió la apuesta anunciando una reforma a la Ley 6.260, anticipando que la nueva norma será elaborada y concensuada “por todos los actores del Sector Productivo”, anticipando entonces algo así como que  el nuevo diseño del reglamento de administración de los gallineros estará a cargo de la “sociedad de los zorros”, olvidándose  de siquiera mencionar a los actores de la sociedad civil, víctimas y costeadores de estos esquemas productivistas, a los  que había convocado en su primera etapa de gestión.

La vieja Ley 6260, merece una actualización completa, pero el funcionario tendría autoridad para proponerla si  alguna vez la hubiera hecho cumplir, aún en sus desactualizados e incompletos parámetros.

Pero no es así: de las aproximadamente 10.000 unidades productivas de la provincia (24.000 si aceptamos el cálculo efectuado por algunas entidades) ni siquiera un centenar son vigiladas regularmente por el organismo y mucho menos obligadas a cumplir los parámetros de volcado que establece la vieja norma.

¿Entonces que valor tiene cambiar la ley si la antigua no se cumple? Obviamente el anuncio es para distraer a la opinión pública en debates bizantinos, mientras la realidad de un esquema de producción sin controles ni frenos apunta a la obtención de ganancias por parte de las empresas llevándose puesta la naturaleza de la provincia.

Incluso suena a sobreactuación su preocupación por resolver los problemas financieros de las empresas, gestionando él, créditos en el BICE, cuando la base de sus interlocutores eran en la oportunidad, las empresas avícolas que han crecido espectacularmente en los últimos años obteniendo fabulosas ganancias, pero hasta ahora, por la negligencia en el contralor de la Secretaría de Ambiente, no han invertido significativamente en mejorar sus vertidos de efluentes que son una de las principales fuentes de contaminación provincial.

 

www.fundavida.org.ar 

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